23 de abril de 2008

Sobrevivir.-




Fuego.-


mantener el fuego sagrado”: Expresión que se utiliza para indicar que todavía se mantiene el entusiasmo por algo, el culto a un ideal o la fe en algo: ej. sin el apoyo de esa institución hubiera sido imposible mantener el fuego sagrado de la solidaridad.



Ya para este momento, por mas iluciones que podia llegar a tener, mi rutina seguia en pie, nada modificaba, entonces decidi seguir con mis planteos, y mi supervivencia en la ciudad.
Casi dormida me estaba por quedar en mi trabajo, que manera de perder tiempo, que manera de enroscar mi cabeza con pequeños sueños que quiero hacer y por estar encerrada en estas cuatro paredes, no puedo.
Son sueños simples, pero el deber me llama y debo permanecer aca por el momento.
Las 18 pm veo en el reloj, salgo del trabajo, camino hacia la facultad, a veces prefiero caminar antes que viajar como ganado en el subte.
Camino, camino, camino, no me canso de caminar, la facultad ya quedo lejos, y decidi faltar. No podia parar de caminar, era raro para mi un dia caminar por la tarde, era raro estar libre un dia por la tarde.
Sin direccion alguna camine, senti el movimiento que realiza mi cuerpo, con total normalidad desde que tengo uso de razon, es una sensación que comienza por los pies, se traslada a las piernas, y sigue el recorrido hasta los brazos. Las articulaciones, los musculos, la fuerza, que sabia la naturaleza, hasta probe diferentes movimientos para desafiarla, pero con mucho orgullo no logre ganarle.
No podia entender como estaba de pie, pero algo que es comun lo comence a ver como algo privilegiado, que tambien merece su instante de razonamiento y su momento para poder recibir todos las reacciones que nos causa.
Caminaba suelta y relajada, ya habia dejado la mochila con el peso del trabajo y con las carpetas de la entrega de la clase de hoy, ahí mismo comprendi que podia realizar aquellos pequeños sueños, que por la mañana habian invadido mi mente.
Desesperada me aleje de la ciudad, los edificios tapaban el poco sol que quedaba a esa altura de la tarde, llegue hasta un claro, que en el Gran Buenos Aires, eso se llamaria una plaza, mas no se podria pedir.
Relaje mi cuerpo y cai, senti el pasto acolchonado, con su aroma a sabia tan caracterisco, el rico perfume del pasto recien cortado, mire el cielo inmenso, cerre mis ojos y en ese dia tan especial puede hacer lo que queria, dejar la oscura oficina o aula, para pasar al paisaje de un horizonte infinito y de un calor natural impagable.
El sol es egocentrico, su tamaño lo dice, y tambien su brillo que hace que cada vez que lo miran fijo, deje su forma en la retina de los ojos de cada uno, para que nadie se olvide de el, yo no me queria olvidar, así que lo mire bastante tiempo, hasta que los ojos comenzaron a arderme, entonces decici cerrar los ojos y atraer sus rayos solamente.
Esos rayos tan tibios que vienen a mi flotando, acariciando cada parte de mi cuerpo, tiñendo mi piel de un color mas vivo, un color que me hace sentir que estoy viva, un lindo tostado y no un amarillento palido.
Recargue energias, acumule muchas, algunas para usar todos los dias y otras las reserve para el momento indicado, la vida me va a decir cual seria el nuevo momento especial para descargar.

2 comentarios:

Yésica Topakbassian dijo...

donde estás? querída betiana, se que tus pasos pisan suelos de belleza en este momento. felicidades, o felicitaciones. animarse es permitir que la magia te cubra y te proteja. para siempre tu piel respira colores que atraviesan el aire. colores más que violetas, menos que rojos. salud!
Yesi (tu prima)

Yés Topakbassian dijo...

Acabo de leer tu comentario respuesta en mi blog. Sí, del 2009! Estamos en el 2017 ya... ya madre, ya pronto abuela? nooooo todavía no! Abrazos, y que la vida sea siempre así, linda. (Y quién sabe si esto lo vas a leer dentro de cuántos años!). Salud!
Yesi (tu prima)